Hola lectores y lectoras.
Hoy os traigo una reseña de una novela de la afamada
escritora inglesa de misterio Agatha Christie (si queréis saber más de ella pinchad
aquí): Matar es fácil.
Como ya dije en mis propósitos del año (aquí los tenéis) voy
a leerme cada mes un libro de Agatha Christie para intentar acabarme todas sus
novelas y este mes no podía ser menos.
Matar es fácil es una de las novelas más famosas de
la escritora, incluso viene en la breve biografía que aparece al final de sus
libros junto con libros tan señalados como Muerte en el Nilo o Asesinato
en el Orient Express. Por tanto, como comprenderéis, tenía muchas ganas de
leerlo y tenía altas expectativas puestas en él.
No obstante, tener altas expectativas en un libro puede
provocar que te defraude un poco, pero con Matar es fácil no me pasó, al
contrario, me enganchó, al igual que todas las novelas de Agatha Christie, de
principio a fin.
La historia empieza con el protagonista de la novela, que se
llama Lucas, un detective privado joven, pero retirado, volviendo a Londres desde
el este. En el camino del tren se apea en una estación para ver los resultados
del Derby y pierde el transporte, por lo que tiene que subir en otro para
recuperar sus cosas y llegar a la capital inglesa.
En este segundo tren se sienta en frente de la Señorita Pinkerton,
una soltera que no deja de hablarle y que le cuenta que ha ido a Londres para
dirigirse a Scotland Yard con el fin de avisar de que en su pueblo hay una persona
con una mirada particular que está matando a muchos de sus vecinos y que el
siguiente será un doctor de la localidad.
Lucas no la cree, pero la incita a ir a Scotland Yard, mientras
que él va a visitar a un amigo al que cuenta las imaginaciones de la señorita. Sin
embargo, al día siguiente en la prensa lee que la señorita Pinkerton fue
atropellada por un coche que se dio a la fuga y que el doctor al que se refería
murió por extrañas circunstancias al día siguiente.
Estas noticias hacen que Lucas se dirija al pueblo donde se están
dando las muertes, en calidad de escritor de novelas pues es una zona donde hay
muchas supersticiones y no puede decir que es detective. Cuando llega al pueblo
se hospeda en la casa de Brígida, una conocida de su amigo de Londres, y descubre
que han muerto cuatro personas en extrañas circunstancias en el pueblo, sin
contar a Pinkerton.
Tras esta noticia, empieza a interrogar a los habitantes de
la localidad y a descubrir que puede haber indicios de que hayan sido
asesinados, pero que no se pueden demostrar. Además, llega a la conclusión de
que “matar es fácil, extremadamente fácil”.
Así, la trama se corresponde con el descubrimiento del asesino
del pueblo, que será la persona que menos se espera.
Quiero destacar, antes de terminar, que no es una de mis
novelas favoritas de Agatha Christie, no creo que esté a la altura de Diez
Negritos (aquí podéis leer su reseña) o el Misterio de la guía de
ferrocarriles (su reseña está aquí) entre otras. Pero creo que sí que es
una novela que engancha de principio a fin y que merece la pena leerla porque
el final no deja indiferente a nadie.
Como conclusión, quiero destacar el año tan prolífico que
tuvo Agatha Christie en 1939, cuando publicó Navidades trágicas, Diez
Negritos y este libro. Tres de sus novelas más exitosas.