Hola lectores y lectoras.
Hoy os traigo la reseña del último libro del difunto Carlos
Ruiz Zafón (si queréis leer más sobre él pinchad aquí), titulado La Ciudad
de Vapor. Todos los cuentos.
Antes de empezar con la reseña tengo que decir que, aunque
me lo leí muy rápido – en dos días escasos- no lo quería terminar, incluso en
la última frase, en ese último cuento arrollador que recuerda tanto al autor,
titulado “Apocalipsis en dos minutos”, casi me pongo a llorar.
Este libro, corto comparado con los que nos regaló el autor
en su prolífica carrera, es un compendio de cuentos que nos explica la
intrahistoria de su saga de la niebla o del Cementerio de los libros olvidados.
En estos volvemos a recorrer las calles de Barcelona en los
cuerpos de David Martín, de los Sempere, incluso de Cervantes o de Gaudí. Por
esa ciudad que yo aún no conozco en persona, pero que gracias a las metáforas y
a la narrativa y caracterización de este autor parece que estuviera andando por
sus calles mientras leo su obra.
Además, como siempre, Zafón acompaña sus historias con un
estilo gótico que recuerda tanto a Dickens, a Edgar Allan Poe a Jorge Luis
Borges y un poco a Stephen King, descubriendo las múltiples Barcelonas que
existen: las de los ricos, las de la gente de a pie y la nocturna, con sus
mundos oscuros.
Quiero destacar un cuento en concreto de este libro,
titulado El Príncipe de Parnaso, que es en el que sale Don Miguel de
Cervantes Saavedra – el único escritor español más leído en el mundo, solo
seguido por Carlos Ruiz Zafón -. En este cuento se narra cómo Cervantes, en uno
de los momentos de su historia que no se sabe qué pasó con él ni dónde estuvo,
visitó Barcelona, huyendo desde Italia con una mujer bellísima tras firmar un
pacto con un tal Andreas Corelli para que escribiera su obra maestra.
La mujer muere tras llegar y Cervantes, años después,
escribe las dos partes del Quijote y una tercera, que iba destinada a este
misterioso Corelli, pero que nunca leyó el público, sino que fue enterrado
junto al cadáver de su autor en el cementerio de Barcelona.
¿Y por qué me ha gustado tanto este cuento? Bien, por
diferentes razones: me parece muy interesante que Zafón escriba sobre Cervantes
porque son dos clásicos de nuestra literatura; pero, sobre todo, porque al
leerlo me he acordado de que Juan Gómez-Jurado (aquí podéis leer quién es)
utilizó en su libro La Leyenda del Ladrón (pinchad aquí para leer la
reseña) una etapa de Cervantes de la que no se sabe a ciencia cierta dónde
estuvo para situarlo en Sevilla, tal y como ha hecho Zafón con este cuento,
situándolo en Barcelona.
Por tanto, esta similitud entre las obras creo que merecen
un estudio sobre cómo utiliza la novela estas lagunas en la vida de Cervantes
para crear historias que cautivan al lector de principio a fin.
Para acabar, quiero dar las gracias a Carlos Ruiz Zafón por
haberme hecho disfrutar tanto sus novelas, desde que en segundo de la ESO me
pusieron como lectura obligatoria en el instituto el Príncipe de la niebla.
Muchas gracias por las horas que nos hiciste pasar, descansa en paz.
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