Hola lectores y lectoras.
Hoy os vengo a hablar de un libro dedicado al crecimiento
personal de las personas que no me lo he leído este año, sino el verano pasado,
en un momento en el que estaba aburrido y me sentía totalmente improductivo. Este
libro es: El Club de las 5 de la mañana
de Robin Sharma, publicado en 2018.
Como bien indica el título, en las páginas se esconde la
razón de por qué la mayoría de las personas exitosas se levantan a primera hora
de la mañana para trabajar y empezar el día con buen pie (aquí tenéis un
artículo sobre las rutinas de sueño de algunos personajes célebres de la
historia).
El autor explica que levantarse a las 5 de la mañana hace a
uno introducirse en un club selecto que da nombre al libro. Esto es porque el
hecho de levantarse pronto y tener una hora para ti, mientras que la mayoría de
las personas siguen durmiendo te ayuda a crecer como persona, pues puedes
dedicar esa hora a tu salud mental (meditar), física (hacer deporte) y a tu
conocimiento (a través de la lectura).
Además de explicarte los beneficios de levantarte a las 5,
el autor, a través de tres protagonistas (un maestro y dos alumnos), nos hace
entender que, en un día, para tener éxito, no puede faltar ese momento propio
para ti y, aparte, te otorga una serie de rutinas diarias para nuestro trabajo
que nos ayudan a ser más productivos.
Tengo que decir que, aunque lo intenté, no pude levantarme
todos los días a las 5 de la mañana, pero no porque no quisiera, sino porque me
di cuenta que esta hora está hecha para los habitantes del norte de Europa, no
para los del Mediterráneo, que empezamos nuestra vida más tarde y la terminamos
más entrada la noche. Por ello, decidí atrasar el despertador una hora y
empezar mi día a las 6 de la mañana, descubriendo que esta hora me otorga las
mismas ayudas que dice el libro (aunque no os voy a mentir: no todos los días
me levanto a esa hora).
Así, quiero apuntar que una de las ayudas de despertarse
pronto, y que no dice el libro, es el poder ver el amanecer, puede parecer una
tontería, pero si probáis un día a despertaros antes de que salga el sol y lo
veis salir os dará un chute de felicidad que os acompañará hasta la noche.
Por último, quiero repetir lo que dije en la reseña de Las Gafas de la felicidad: este tipo de libros
hay que leerlos cuando de verdad se necesitan, no se pueden coger a la ligera,
porque no te servirán para mucho. Yo este lo leí en un momento en el que no me
sentía productivo y me sirvió, por tanto, leedlo cuando de verdad lo
necesitéis.
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